[Por qué ésta es la única hache del artículo.]
Aora que la temperturas descienden asta nibeles anteriores a 2013 y ello parece indicar una recuperación económica, se abrán dado cuenta de lo importante que es el aislamiento térmico, según lo indica esta zona de aquí:
La implantación de los edredones (o fundas nórdicas) á extinguido lo que antaño se denominaba sábana. Oy, el propio edredón es sábana y manta, con lo cual el proceso de fabricación matutina de la cama es más cómodo.
Si bien estas fundas nórdicas aislan nuestro cuerpo del exterior, permitiendo la creación de una pequeña burbuja caliente en el ámbiente frío de la alcoba, lo aislan de manera imperfecta, pues dejan el ueco del cuello sin una cerrazón ermética -como podría ser la de una sábana fina que colasemos por debajo de la almoada- por el cual entra el frío, o se escapa el calor, o ambas.
Se proponen dos soluciones: la primera, recuperar el concepto de sábana tradicional y unirlo a la comodidad de la funda nórdica, dando lugar a lo que llamaré funda española. La funda española sería una funda nórdica normal que dispondría de un apéndice o añadido de tela de sábana. Así, ésta se podría deslizar por debajo de la almoada y el aislamiento del conjunto mejoraría.
Con un mejor aislamiento, ni entraría el frío, ni saldría el calor, ni aumentaría la factura de la calefacción y el consiguiente deterioro del medio-ambiente.
La segunda solución, mucho más radical (si es que radical admite un mucho y un más), sería dotarnos de un sistema de respiradero similar a un tubo de los que cualquiera abrá bisto por la playa. Con él podríamos acurrucarnos en el centro mismo de la burbuja de calor, completamente aislados pero sin miedo a la asfixia.